Binarios por todos lados








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Relojes binarios




¿Te parece raro verdad?  Y si te digo que son relojes? Pues si, relojes binarios, el lenguaje de las computadoras... Al principio cuesta un poco pero..., para agilizar la mente no viene nada mal!!

Números Binarios

Mensaje secreto

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Los cuchillos, un ejemplo de innovación

Ya en la prehistoria, el hombre se dio cuenta de que le hacía falta una herramienta para cortar: ramas, trozos de carne, fabricación de otras herramientas, curtir pieles… todo necesitaba de un utensilio ligero, práctico… y que cortara. Seguramente, los primeros cuchillos fuesen lascas de piedra (bien lisas o bien dentadas a base de golpes), pero con el tiempo, la tecnología, la técnica fue avanzando, y con ella también lo hizo el cuchillo. Poco a poco adaptó las “cosas que cortan” a sus propias necesidades. Para ello, dotó a las lascas de piedra de un mango: primero puliendo la piedra, luego asiendo a un extremo pequeñas ramas o astas de ciervo y similares.
Con el descubrimiento de la metalurgia, los cuchillos vieron el “filón” que necesitaban: había nacido lo que hoy se conoce como “arma blanca”. Las armas cortantes avanzaron en compañía de las puntas de flecha o lanza, alcanzando una técnica muy depurada que, en algunos casos, todavía hoy se sigue utilizando. Cuando el hombre alcanzó la habilidad de dominar las aleaciones de metal, el filo de los cuchillos se endureció y mejoró, pasando a formar parte esencial de todo ejército que se preciase, por encima de hondas o simples piedras arrojadizas. El combate cuerpo a cuerpo era crucial en las batallas, y las navajas, cuchillos y bayonetas eran el compañero perfecto para una victoria segura.
Un poco más cercano a nuestros días, en la época del imperio romano, las cruzadas e, incluso, durante la I Guerra Mundial, las espadas formaban parte de todo buen soldado, y como tal se le enseñaba a mimar su espada como una parte más de él: eran consideradas una extensión mortífera de su brazo.
En la actualidad, el uso del cuchillo y su familia de filo cortante ha pasado a un segundo plano bélico con la llegada de la infinidad de armas de lanzamiento de proyectiles, que aseguran una mayor precisión con un menor riesgo personal. Aunque es cierto que ciertas navajas y cuchillos se siguen listando entre el material indispensable de supervivencia de los soldados, siempre como herramienta o último recurso de defensa ante un enemigo potencial.
Pero aunque parece que estén desterrados de nuestra consideración, no hay que olvidar la tremenda estima que se le tiene como utensilio de cocina, por ejemplo. En este campo, la investigación para mejorar sus prestaciones es constante. De hecho, estamos acostumbrados a que por televisión anuncien esos estupendos cuchillos que no se tienen que afilar jamás, y que son capaces de cortar una lata o un ladrillo para lugar hacer un corte limpio y delicado en un tomate, separando la piel de la pulpa.
La historia de los cuchillos está plagada de muerte, aventuras, riqueza, honor… y todo gracias a aquellos primeros hombres que vieron la necesidad de facilitarse el trabajo con esa herramienta que pudiera cortar aquello que las manos no eran capaces de despedazar. Todo un ejemplo de innovación y creatividad.